¿Cómo actúa el casco en caso de impacto?

  • Absorbe parte de la energía del impacto con su estructura, y el cerebro golpea contra el cráneo con menos fuerza.
  • Dispersa la fuerza del impacto en una superficie más grande por lo que la energía del choque no se concentra tanto en una sola parte de la cabeza.
  • Actúa como barrera que evita el contacto entre el cráneo y el objeto del impacto (por ejemplo, el suelo).

 

El casco ejerce su efecto protector por medio de su estructura formada por cuatro componentes básicos:

  • El casco exterior rígido, distribuye la fuerza del impacto en una superficie más grande y brinda protección a la cabeza procurando evitar la penetración de la misma por objetos externos mientras cubre las partes internas del casco.
  • La capa interna de absorción de impacto. Está formado por un material que amortigua y distribuye la fuerza del impacto. 
  • El relleno de confort. Es el material alcolchado que se sitúa en el interior más próximo a la cabeza, brindando confort y contribuyendo a que el casco se mantenga fijo, sin movimiento.
  • La correa de retención, asegura el casco a la cabeza evitando que se desprenda en caso de choque.


Para que el casco actúe eficazmente es fundamental que esté correctamente colocado, y que sea del tamaño acorde a la cabeza, quedando fijo y sin movimiento.


     El casco deberá ser reemplazado luego de un choque y/o después de 3 a 5 años de uso.

     Existen diferentes diseños de casco y que brindan diferente protección. Los cascos integrales son los que protegen más ya que también brindan protección facial, de la mandíbula y el mentón.

El casco tiene una efectividad comprobada

     Distintos estudios realizados en el mundo coinciden en el efecto protector del casco para reducir lesiones en la cabeza y muertes en choques de motos y bicicletas.

     Un sumario de los principales estudios realizados en el mundo asegura que el uso del casco: disminuye el riesgo y la gravedad de las lesiones en un 72% aproximadamente. Disminuye el riesgo de muerte en, al menos un 39%, dependiendo esto de la velocidad del los vehículos involucrados. Disminuye los costos de salud asociados con los choques.

Mitos y realidades sobre el uso del casco


     ¡Cuáles son las razones que argumentan quienes no lo usan?

     Son variadas y coincidentes entre quienes se resisten a usarlo. Desde el simple reconocimiento de que les molesta y les quita la sensación de libertad hasta otras razones que, por muy reiteradas, se transformaron en verdades aceptadas. Veamos algunas de ellas y cuál es la realidad.
 

Mito: "El casco afecta mi visión, no veo bien de costado"

Realidad: Rebatido por los datos científicos. La visión periférica es de entre 200º y 220º. Los estándares de seguridad internacionales requieren que los cascos provean 210º de visión. Alrededor del 90% de los accidentes suceden dentro de un rango de 160º (la mayoría restante son choques por atrás), así que está claro que los cascos no afectan la visión periférica y no contribuyen a los choques.


Mito: "Con el casco no puedo oir bien los sonidos de la calle".


Realidad: Rebatido por la ciencia. Los cascos reducen la sonoridad de los ruidos, pero no afectan la capacidad del motociclista de distinguir entre diferentes sonidos. La Universidad de California del Sur realizó 900 investigaciones profundas sobre accidentes con motos en el lugar del accidente y no detectó ningún caso en el que el motociclista no pudiera escuchar un sonido crucial del tránsito. Más aún, algunos estudios indican que los cascos son útiles para reducir el sonido del viento y proteger la audición.


Mito: "En caso de accidente, los cascos provocan heridas en el cuello o médula espinal".


Realidad: La investigación ha probado que esto no es verdad. Cinco estudios revisados por la GAO mostraron una mayor incidencia de lesiones severas en el cuello en aquellos motociclistas que no usan casco. Un estudio en Illinois, Estados Unidos, halló que los cascos reducen el número de heridas graves en la médula espinal.


Mito: "Las leyes del uso del casco son inconstitucionales, violan los derechos individuales".


Realidad: Las cortes europeas y americanas han reconocido en forma constante que las leyes del uso del casco no violan el derecho individual . Todas las normas de tránsito requieren que los individuos actúen de una cierta forma, más allá de que lo quieran o no. Por ej., detenerse ante el semáforo, dar prioridad a los peatones, respetar el sentido del tránsito, etc. La legitimidad de éstas y otras disposiciones, se basa en que están dispuestas para la protección de la propia vida y la de los demás miembros de la sociedad. Las leyes del uso del casco no son diferentes a éstas.


Mito: "Si me mato es asunto mío, sólo yo me perjudico".


Realidad: Para la sociedad, la muerte o discapacidad permanente de un individuo tiene consecuencias económicas y sociales serias,diversas y perdurables en el tiempo; desde el momento mismo en que se produce el accidente y la salud pública asiste al herido, lo levanta y lo traslada a un hospital público donde se le brinda toda la atención y tratamientos posibles. Si, después de recuperarse, queda con alguna discapacidad que le impide continuar con su trabajo anterior, se le brinda una pensión por incapacidad y la atención que pueda necesitar tanto él como su familia; por ello resulta indiscutible que el daño no es solamente personal. Si fallece, además de la pérdida de su capital laboral, el pago de pensiones y la atención para sus seres queridos implican cargas para la sociedad.


Mito: "Las motocicletas son un pequeño porcentaje de los vehículos registrados, por lo tanto los accidentes de motocicletas representan una minúscula carga para la sociedad"
 

Realidad: El índice de mortalidad por milla viajada es 16 veces mayor para los motociclistas que para los que viajan en auto, y el índice de heridos es 4 veces mayor .
 

Para leer más sobre por qué usar casco

Cascos - Manual GRSP (.pdf)

 

Fuentes:
-Revista "Luchemos por la vida" - Año 7 - Nº 20
-Revista "Luchemos por la vida" Nº 30
-“Helmets, a road safety manual for decisión-makers and practitioners”,Geneva, World Health Organization, 2006.